Lo primero transmitir tranquilidad a todos pues hemos tenido bajas en estos meses no por el coronavirus, sino porque estas personas que han fallecido llevan con nosotras desde 2015, con muchos problemas de salud y les había llegado el momento.

Nuestra Manuela era mucha Manuela, con una voz estridente que era inconfundible, además no tenía filtro ninguno ya que decía lo que primero le pasaba por la cabeza. Había un pantalón que no le gustaba nada y cada vez que me lo ponía me decía a grito pelado: «ese pantalón te queda fatal, te hace más gorda», si aparecía un familiar con algo de peso o que le parecía que no era guapo pues se lo decía a grito pelado…ella era así, decía lo que pensaba en ese momento. Era sincera y auténtica, le encantaban los animales (me acuerdo el día que le llevé un gatito que había adoptado y tenía un mes escaso, lo agarró y le hablaba dulcemente), los dulces, la compañía, el jamón, las manualidades…

Éstas últimas semanas han sido muy duras para nosotras ya que permanecía en la cama de su habitación y poco a poco se nos iba apagando, ya no oíamos su voz y nos iba abandonando poco a poco. Mi última conversación con ella fue una tarde que entré a  su habitación y le pregunté si tenía dolor y si quería ver a alguien de su familia, ya no era consciente por su demencia de quién era su familia y me dijo: » Quiero ver a mi Madre»…le dí un beso en la frente y le susurré que estuviese tranquila pues en poco tiempo se iba a reunir con ella. Y así fue, pues la muerte llevaba rondando encima de su cama hacía ya tiempo, estaba esperando el momento para llevársela…son cosas que nosotras ya vemos por nuestro trabajo y sólo nos queda rezar y pedirle a Dios que no sufra mucho.

Descansa en paz Manuela!!! Un gran abrazo de todas nosotras a su familia que siempre confiaron en nuestro equipo  para cuidarla, recuerdo una gran tarta que nos trajo su nieto y su esposa que ponía: «gracias por hacer bien vuestro trabajo», nos llegó al corazón, como nuestra Manuela.

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