Le debía la despedida a Luis, así que he elegido una foto en la que estuvo bien por última vez, en la fiesta del Concurso de Tapas pues le encantaba el tapeo. Era una persona muy complicada ya que le gustaba hacer lo que quería siempre, al final lo que le pasaba a nuestro Luis es que no aceptaba sus limitaciones y quería seguir viviendo como si tuviese 40 años, con todas las auxiliares tuvo algún enfrentamiento aunque luego se daba cuenta que había hecho mal. Por este motivo nos ha dejado un gran vacío: me escribía poesías y publicó dos libros estando en la residencia, venía a pedirme cambios para la máquina del pasillo (que le encantaba sacarse un refresco y algo de picoteo), a quejarse por algo, a saludarme, compraba pasteles para todos, se traía flores para él mismo (era auténtico hasta para eso)….

Pero lo más importante es que conseguí que considerase  la residencia y a mi equipo como su segunda familia, y no quería abandonar su habitación cuando hubo que ingresarle…pues él sabía que no iba a volver. Fuí a verle al hospital una tarde y en sus ojos me mostró tal gratitud…que jamás podré olvidar su mirada, le cogí fuerte de la mano, le dí un par de besos y un abrazo. Luis la habitación 16 siempre será la tuya: con sus libros, su tele, sus cuadros, sus dos armarios….Un gran abrazo!!!!

Tenemos unas fotos de Mariano con los algunos de los rebollones que nos regalaron y en el taller de hojas estaban preparando las imágenes para el cambio de estación…en la próxima publicación os ponemos como quedó el mural de otoño!!!

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